¿Por qué algunas personas están siempre a la defensiva? ¿Por qué siempre estamos con una actitud defensiva?
Estar a la defensiva es una actitud aparentemente de auto-protección, en previsión de un peligro o de alguien que nos pueda dañar. Cuando adoptamos éste rol, nos trasformamos, y todo nuestro cuerpo se pone en alerta, hablando por nosotros, ya que el lenguaje corporal indica que hay tensión, rigidez y actitud de defensa.
Además, nuestro lenguaje no verbal se modifica respecto a otra situación dónde no se ejerce ésta actitud. Éste lenguaje utiliza un tono más serio, mayor velocidad hablando, gestos faciales de incomodidad, desagrado e incluso de peligro. Sin ninguna duda, aunque no digamos ni una palabra, estar a la defensiva es una forma de relacionarnos con el mundo que nos trasforma y se hace notar.
Cabe agregar, del lenguaje corporal y no verbal, también nos expresamos de una determinada forma cuando estamos a la defensiva, es decir, nuestras palabras pretenden protegernos de un posible ataque o peligro, y podemos hacer uso de las justificaciones o del ataque o reproche al otro. En muchos casos, la forma de expresarnos es inadecuada y poco respetuosa, ya que nos sentimos dolidos, incómodos o enfadados con el entorno, por lo que ha ocurrido o por lo que imaginamos que vaya a ocurrir.
Es posible que fruto del malestar, como dice el refrán “la mejor defensa es un buen ataque”, y sin tener demasiados motivos, utilicemos el ataque, el reproche, la ironía, el sarcasmo o incluso expresiones hirientes, con la intención de que eso nos salvaguardará o nos colocará en la misma situación que la persona de la que tenemos que protegernos. Así, lejos de protegernos o sentirnos bien, la actitud defensiva nos pone en guardia, en tensión, y nos sentimos molestos, enfadados o incluso irascibles.
De forma subconsciente, pensamos más en cómo vamos a defendernos de un ataque, aunque no se haya producido, más que en aprovechar la situación, disfrutarla o sencillamente aprender de ella, observando y conociendo a la persona que tenemos delante. Pero realmente, lejos de protegernos, estar a la defensiva nos daña, ya que cada vez quenos encontramos inmersos en esa actitud, elmalestar es mayor.
En realidad no nos protegemos de nada ni de nadie, si cabe; quedamos más al descubierto, mostrando a la otra persona nuestros sentimientos y nuestra falta de estrategias para encajar y afrontar de forma eficaz la situación. Sin lugar a dudas, cuando caemos en mantener una actitud defensiva, es porqueno nos sentimos a resguardo, o lo que es lomismo, no nos sentimos ni fuertes ni seguroscon nosotros mismos.
Por eso, necesitamos protegernos, defendernos y de alguna manera,hacerlo saber. En primer lugar, hay que hacer un esfuerzo por percibir las situaciones externas de laforma más objetiva posible, es decir, sin atribuir a ellas el peligro que nos haráponernos a la defensiva.
Es más adecuado, observar la situación como un espectador antes de interpretarla y así, nonos sentiremos atacados por ello. Ya que es posible que haya otras explicaciones menos alarmantes para esa situación y que no requerirán de nuestra actitud defensiva, pues es posible que no se trate de ningún ataque. Sin duda, para protegernos es necesario trabajar con y por nuestra seguridad personal, para ello, conviene cuidar de forma adecuada de nuestra autoestima y autoconcepto.
Conocernos lo suficiente para tener claro quiénes somos, qué queremos en la vida y cómo vamos a conseguirlo, será un buen sostén para que lo ocurra a nuestro alrededor no nos afecte, ya que no se tratará de un ataque, sino de una mera opinión discrepante o diferente a la nuestra.
Siempre y cuando, tengamos claro cómo somos y cómo perseguiremos nuestros sueños, no necesitaremos estar a la defensiva, ya que nos sentiremos seguros por ello.
Esteban Crespo Almara.
Estar a la defensiva es una actitud aparentemente de auto-protección, en previsión de un peligro o de alguien que nos pueda dañar. Cuando adoptamos éste rol, nos trasformamos, y todo nuestro cuerpo se pone en alerta, hablando por nosotros, ya que el lenguaje corporal indica que hay tensión, rigidez y actitud de defensa.
Además, nuestro lenguaje no verbal se modifica respecto a otra situación dónde no se ejerce ésta actitud. Éste lenguaje utiliza un tono más serio, mayor velocidad hablando, gestos faciales de incomodidad, desagrado e incluso de peligro. Sin ninguna duda, aunque no digamos ni una palabra, estar a la defensiva es una forma de relacionarnos con el mundo que nos trasforma y se hace notar.
Cabe agregar, del lenguaje corporal y no verbal, también nos expresamos de una determinada forma cuando estamos a la defensiva, es decir, nuestras palabras pretenden protegernos de un posible ataque o peligro, y podemos hacer uso de las justificaciones o del ataque o reproche al otro. En muchos casos, la forma de expresarnos es inadecuada y poco respetuosa, ya que nos sentimos dolidos, incómodos o enfadados con el entorno, por lo que ha ocurrido o por lo que imaginamos que vaya a ocurrir.
Es posible que fruto del malestar, como dice el refrán “la mejor defensa es un buen ataque”, y sin tener demasiados motivos, utilicemos el ataque, el reproche, la ironía, el sarcasmo o incluso expresiones hirientes, con la intención de que eso nos salvaguardará o nos colocará en la misma situación que la persona de la que tenemos que protegernos. Así, lejos de protegernos o sentirnos bien, la actitud defensiva nos pone en guardia, en tensión, y nos sentimos molestos, enfadados o incluso irascibles.
De forma subconsciente, pensamos más en cómo vamos a defendernos de un ataque, aunque no se haya producido, más que en aprovechar la situación, disfrutarla o sencillamente aprender de ella, observando y conociendo a la persona que tenemos delante. Pero realmente, lejos de protegernos, estar a la defensiva nos daña, ya que cada vez quenos encontramos inmersos en esa actitud, elmalestar es mayor.
En realidad no nos protegemos de nada ni de nadie, si cabe; quedamos más al descubierto, mostrando a la otra persona nuestros sentimientos y nuestra falta de estrategias para encajar y afrontar de forma eficaz la situación. Sin lugar a dudas, cuando caemos en mantener una actitud defensiva, es porqueno nos sentimos a resguardo, o lo que es lomismo, no nos sentimos ni fuertes ni seguroscon nosotros mismos.
Por eso, necesitamos protegernos, defendernos y de alguna manera,hacerlo saber. En primer lugar, hay que hacer un esfuerzo por percibir las situaciones externas de laforma más objetiva posible, es decir, sin atribuir a ellas el peligro que nos haráponernos a la defensiva.
Es más adecuado, observar la situación como un espectador antes de interpretarla y así, nonos sentiremos atacados por ello. Ya que es posible que haya otras explicaciones menos alarmantes para esa situación y que no requerirán de nuestra actitud defensiva, pues es posible que no se trate de ningún ataque. Sin duda, para protegernos es necesario trabajar con y por nuestra seguridad personal, para ello, conviene cuidar de forma adecuada de nuestra autoestima y autoconcepto.
Conocernos lo suficiente para tener claro quiénes somos, qué queremos en la vida y cómo vamos a conseguirlo, será un buen sostén para que lo ocurra a nuestro alrededor no nos afecte, ya que no se tratará de un ataque, sino de una mera opinión discrepante o diferente a la nuestra.
Siempre y cuando, tengamos claro cómo somos y cómo perseguiremos nuestros sueños, no necesitaremos estar a la defensiva, ya que nos sentiremos seguros por ello.
Esteban Crespo Almara.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario